Todos nos preocupamos por el costo de las facturas de los servicios públicos, lo que vuelve una prioridad encontrar formas adicionales para ahorrar energía y reducir nuestros gastos.
Sabemos la importancia del aislamiento en puertas y paredes, y del doble acristalamiento en las ventanas. Pero aún hay mucho que podemos aprender y hacer con respecto a reducir la pérdida de calor en nuestros hogares y sitios de trabajo.
Con respecto las ventanas es mucho lo que se ha avanzado. Marcos de materiales compuestos, cristales de alta eficiencia e incluso algo tan antiguo como usar una cortina pesada. Pero con nuestros requisitos actuales de diseño esto último es algo impensable.
Así que, aunque todos los días leemos sobre consejos de ahorro de energía, a menudo se subestima la relación entre las persianas y el ahorro energético. Y de eso precisamente trata el presente artículo.
Las persianas como aislante térmico
Algo ha cambiado radicalmente en nuestras casas en los últimos 50 años y es la utilización masiva de persianas en detrimento de las cortinas. Estas eran ubicuas en todos los hogares de mediados del siglo XX y ahora parecen relegadas a las habitaciones de nuestras casas.
La conciencia de las alergias que pueden causar las cortinas y las dificultades para su limpieza adecuada, ha provocado el surgimiento de alternativas energéticamente eficientes que no sólo son prácticas, sino también hermosas.
El ahorro de energía y el aislamiento térmico son conceptos con el que muchos no están familiarizados. Sin embargo, están estrechamente asociados con el uso de cubiertas de ventanas como las persianas.
Las persianas ayudan a reducir la cantidad de energía que usamos de muchas maneras, como por ejemplo las siguientes.
Mantienen el calor en el invierno
Las ventanas son las principales responsables de las pérdidas de calor en una casa, al no poder ubicar materiales aislantes opacos en ellas. En las épocas más frescas del año las persianas pueden formar una barrera a las pérdidas de calor que ocurren naturalmente en las ventanas.
Limitadas a buenos marcos con doble acristalamiento, las ventanas requieren cubiertas para un aislamiento térmico adecuado. Las persianas brindan la combinación perfecta, porque además permiten el paso de la luz que potencialmente puede caldear nuestros espacios.
Esto permite reducir la carga de trabajo de la calefacción, disminuyendo las facturas de luz y gas. Adicionalmente aumentan la sensación de confort, al reducir los cambios bruscos de temperaturas que puede causar una ventana mal aislada.
Conservan el hogar fresco durante el verano
En los meses más calurosos y soleados las persianas pueden filtran los rayos del sol, asegurando que las habitaciones se mantengan más frescas.
Las persianas exteriores son mucho más efectivas en esto, pero incluso una persiana interior puede evitar que el 50% de la luz solar se convierta en calor en nuestros espacios. Esto reduce la necesidad de costosos aires acondicionados y ventiladores.
Una ventaja añadida es que las persianas también disminuyen la degradación de los acabados en el mobiliario y en nuestra ropa, causada por los rayos UV del sol.
Las persianas también nos permiten regular la luz en nuestros espacios, reduciendo los gastos de iluminación. Esta es otra forma en que las persianas contribuyen al ahorro energético en nuestros hogares.
Estudios sobre las persianas y el ahorro energético
Ya hemos visto como las persianas pueden aumentar el ahorro energético en nuestros hogares. Según algunos estudios una persiana interior puede reducir el consumo de energía hasta en un 10%, lo que puede suponer una gran cantidad de dinero al final del año.
Vamos a entender un poco cuán eficientes son nuestras persianas para ahorrar energía usando unos pocos conceptos simples. El valor U es una indicación de cuánto calor está atravesando una cubierta o aislamiento. Cuanto más bajo es el valor U, más eficiente energéticamente es.
Tomando como base el tipo normal de ventanas de doble cristal, que la mayoría de nosotros tenemos en nuestros hogares y negocios, el valor U será de alrededor de 2,9. Añadir una persiana interna sencilla reducirá esto a 2,1, lo cual es un 30% de mejora.
Sin embargo, si se instalan persianas internas de ahorro de energía, esto dará un valor U tan bajo como 1,9. Ahora es posible ver cómo este tipo de cubierta de ventana ahorrará en las facturas de los servicios públicos, mientras mantienen un aspecto y estilo impecables.
Las investigaciones de la Universidad Glasgow Caledonian ha demostrado que las persianas hechas con materiales de ahorro de energía son tan eficaces en la reducción de las pérdidas de calor como una pesada cortina, pero sin las desventajas.
Las persianas regulan la intensidad de la luz
Usar persianas para controlar la luz y la ventilación dentro de la casa es mucho más fácil que con cualquier otra cubierta. Este es un gran beneficio y una de las razones por las que la gente ha elegido las persianas por encima de las cortinas.
Las cortinas están esencialmente abiertas o cerradas, a menudo dejando la habitación oscura en un día brillante y soleado. Esto provoca que usemos iluminación interior que consume aún más energía.
El uso de persianas significa que los niveles de luz pueden ser ajustados sutilmente para que la habitación sea tan oscura o brillante como quieras. El acabado de la persiana también puede jugar a tu favor en esto.
Si eliges acabados claros puedes ayudar a difundir la luz y hacerla parecer más brillante y uniforme. De esta forma, al elegir colores claros para la persiana, es posible dar la ilusión de una luz homogénea que reduce las incómodas sombras.
Las persianas también permiten mantener la regulación de la luz cuando la ventana se deja abierta. Esto permite airear rápidamente espacios sin el inconveniente de un exceso de luz.
Consejos para aumentar el ahorro energético con las persianas
Hemos señalado a lo largo de este artículo que las ventanas son los lugares de la casa donde más energía puede desperdiciarse. Y que las persianas son una forma elegante y moderna de aumentar de reducir las pérdidas de calor y de aumentar el ahorro energético.
Ahora veremos algunas medidas y consejos prácticos para aumentar el ahorro energético al usar persianas en diferentes temporadas del año.
En la primavera y el verano
Los meses de primavera y verano son de un constante aumento de la radiación solar que incide en nuestras fachadas y ventanas. Es innegable el beneficio de tener una persiana en esta temporada.
Si la habitación recibe la luz directa del sol, se recomienda que la persiana esté cerrada hasta el punto en que resulte cómoda la iluminación. Con esto se evita tener que recurrir a la iluminación eléctrica.
En caso de tener una mañana particularmente fresca y soleada, quizás prefieras abrir la ventana para aprovecharla. En este caso deja la persiana semicerrada, de forma tal que la luz solar pueda reflejarse de vuelta al exterior mientras el aire puede pasar con facilidad.
En el otoño y el invierno
Usar las persianas en invierno reduce los costos de calefacción de varias formas. Básicamente una persiana permite la entrada de la luz solar mientras mejora el aislamiento térmico de la propia ventana.
Por esto, si se trata de una habitación donde incide el sol en forma directa, te recomendamos dejar la persiana abierta. La luz solar calentará el espacio incluso con la ventana cerrada, como si fuera un invernadero.
Si por el contrario se trata de una habitación donde no llega una cantidad apreciable de radiación solar, es mejor dejarla completamente cerrada. De igual forma se recomienda cerrar las persianas durante la noche, para reducir las pérdidas de calor.